miércoles, 1 de diciembre de 2010

Carreritas de risa y tierra seca

.Fijate que antes corría mucho más

.¿Te acordás de Mariana? Con ella siempre corría. Era cuestión de volver de cualquier lugar, de estar hablando de cualquier cosa o haciendo lo que sea, para que empezara la carrera .Yo me daba cuenta de la largada porque su cabeza comenzaba a inclinarse hacia abajo y echaba sus manos hacia atrás, como si quisiera embestir una pared solo con su frente, lo que provocaba que yo diera el primer salto

.Ahora los escalones han crecido mucho, casi siempre termino con un dedo chillando sangre che y eso que antes corría mucho más

.Las carreras tenían punto de largada en cualquier momento ; la bochita de crema del cielo terminaba estrellada en la vereda verde de la esquina y parece que a Doña Gladys no le gustaba mucho un cielo estrellado en su verde vereda, a las cinco de la tarde. Era inevitable que al abrir la cerveza para la cena la espuma inundara la mesa, porque siempre agitábamos la cerveza al correr pero nunca podíamos tirarla y arriesgarnos a que los vidrios rotos hicieran su trabajo: pinchar las ruedas de algún triciclo, causando un gran embotellamiento que terminaba con una huella de juguito des-congelado que arruinaba la pista de carreras con el pegote .Imaginate eso en medio del campeonato semanal

.Las metas eran fáciles de definir; todo lo que fuera digo de ser-una-meta: una señora regando los malvones, un policía distraído, el séptimo árbol varón de la cuadra, la puerta del baño, en fin, todo lo que fuera digo de ser-una-meta

.Y mirá que corría eh

.Teníamos diferentes técnicas para correr, Mariana y yo (te acordás de Mariana). Ella iba acercando cada vez más su frente al piso, lo que le ayudaba a alcanzar una velocidad aspa-ventosa y aero-dinámica. Yo en cambio prefería dar pequeños saltos primero, balanceándome con mis manos como aero-ventosas para sostenerme del aire y luego grandes saltos con los pulmones bien llenos para llegar lejitos

.El problema surgía cuando Mariana empezaba a quedarse atrás; apenas notaba que tomaba la delantera gritaba “El primero tiene orejas de burro!” . Lo que me hacia voltear automáticamente para mirarla con cara de “nomehagastrampache!”y sin posibilidad de contestar con un “ el segundo tiene cola de chancho” o algo por el estilo , porque al voltear la cabeza ya me encontraba sobre los gladiolos de Doña Malvina o pelándome una rodilla, con las orejas largas enroscadas en el cogote

.Frutillas plantadas en la mitad de la pierna , que serían cosechadas durante semanas y Mariana reía descostillada en el suelo. Acordate que los dos terminábamos en el suelo. Yo y Mariana , en ese orden

.Distinto era cuando yo llevaba las de perder: entonces podía correr de espaldas y someterme a la derrota. Fijate que antes perdía más seguido. Y corría más

.¿Vos me contaste que viste a Mariana? hace un par de años , repartiendo hamburguesas a los gatos en Miserere. No creo que fuera capaz de hacerles algo así a los gatos. Seguro que no te acordás bien y no era ella

.”El primero en dormirse gana”

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